lunes, 5 de septiembre de 2011

Aislados del mundo???

Frente a estas noticias, es imposible no recordar lo que tanto político, periodista y medio oligopólico se cansó de repetir. Que la Argentina está aislada del mundo. ¿Será por eso que sugieren imitarnos? ¿O será que era otra de sus tantas mentiras?
LQNTE

New York Times resaltó el modelo económico argentino

Ante la crisis financiera de los Estados Unidos donde un recorte presupuestario evitó el default, un artículo dice que en Argentina se pueden encontrar “lecciones para tratar el malestar económico”.

Hoy un artículo del New York Times, uno de los diarios más famosos del mundo, intentó aportar a través de la visión de Ian Mount, una mirada hacia las economías de países que cayeron en crisis y que lograron salir adelante.

Recordemos que Estados Unidos  no cayó en default pero las medidas tomadas para evitarlo provocaran recortes presupuestarios por U$S 90.000 millones en gasto público para los próximos diez años, situación que claramente afectará la asistencia social.

Según la columna mencionada por el NYT, Argentina es un país donde se pueden encontrar “lecciones para tratar el malestar económico” ya que sostienen que la receta aplicada aquí podría tomarse como ejemplo por el presidente de Estados Unidos, Barak Obama.

Allí se remarca que decisiones del gobierno nacional no perjudicaron al pueblo y sin embargo “la economía creció más del 6 por ciento al año durante 7 de los últimos 8 años". Además remarcan que "el desempleo ha descendido del 20 al 8 por ciento y el nivel de pobreza se ha reducido casi a la mitad durante la última década”.

El paralelismo que traza el periódico neoyorquino es la situación actual de Estados Unidos con la crisis del 2001: “La extrema reducción de costos durante un período de estancamiento económico sólo generan inhibición en el crecimiento. Y el gasto público para promover la industria local, pro-empleo de programas de infraestructura y las prestaciones por desempleo no convierten a un país en una parodia Soviética”.

El analista considera que EE.UU debería “poner el dinero en los bolsillos de los ciudadanos comunes y corrientes, para que luego estimulen la economía”. Por su parte, manifiestan que los “recortes en el gasto son necesario pero cuando la economía esté mejor”. En esa línea destacaron la Asignación Universal por Hijo, que da dinero a los sectores más humildes, pero también se les pide que asistan a la escuela para mejorar la educación.

Publicado el 2/09/2011 en Diario Registrado en: http://www.diarioregistrado.com/politica/52659-new-york-times-resalto-el-modelo-economico-argentino.html
 

The New York Times dice que la Argentina “es un caso testigo de cómo mover de nuevo la economía”


Una editorial publicada en el periódico estadounidense The New York Times opinó que la Argentina “ofrece valerosas lecciones” en su política económica, y que es “un caso testigo de cómo hacer mover nuevamente a una economía”, algo que “Washington haría bien en prestar atención”

“Argentina ha recobrado su prosperidad gracias a inteligentes medidas económicas", dice la editorial del periódico neoyorquino firmada por Ian Mount quien destacó además que el gobierno argentino “intervino para mantener el valor bajo de su moneda, lo que impulsó la industria local haciendo las exportaciones argentinas más baratas afuera mientras mantenía las importaciones más caras”.

El editorialista resaltó que una de las “valerosas lecciones” que enseña Argentina es que el “recorte extremo de gasto público en una economía estancada sólo hará inhibir el crecimiento”.

Mount indicó que otra de "las lecciones que nos da Argentina es que el gasto gubernamental para promover la industria y programas de infraestructura para crear empleo no convierte a un país en una especie de parodia soviética”, en alusión a las críticas de los republicanos contra el gobierno de Barack Obama.

El editorial resalta el "reverdecer" de automóviles en Argentina "que ahogan las calles de Buenos Aires”, la “meca del vino Mendoza llena de bodegas de alta calidad” y los TV plasma y celulares Blackberry “que se convirtieron en una costumbre de la clase media urbana”.

“Argentina es difícilmente un paralelismo perfecto para Estados Unidos. Pero la diferencia entre las políticas de austeridad y poco crecimiento de finales de los 90 y las de pro-Estado y alto crecimiento de los 2000 ofrecen un caso testigo de cómo hacer crecer la economía de nuevo. Washington haría bien en prestarle atención”, señaló.

En otro orden también destacó a la Asignación Universal por Hijo como una medida que además “de ayudar a incrementar el consumo, probablemente mejorará a largo plazo la performance educativa del país debido a que los chicos están obligados a ir a la escuela”.

La editorial está titulada “El tango que se dio vuelta en Argentina”, y es ilustrada con un bandoneón cuyo fuelle es de dólares.
 Publicado el 3/09/2011 en Los Andes en: http://www.losandes.com.ar/notas/2011/9/3/york-times-dice-argentina-caso-testigo-como-mover-nuevo-economia-591377.asp
 

Para el que quiera leer el artículo original:

Argentina’s Turnaround Tango


ARGENTINA may seem like one of the last countries on earth to offer lessons for dealing with economic malaise. Once the eighth-largest economy in the world, it steadily slid through the 20th century, thanks to decades of repressive dictatorships and inconsistent market experiments. This ended ignominiously in 2001, when it defaulted on $100 billion in sovereign debt, plunging over half its 35 million people into poverty.
That, at least, is the Argentina people know. Since then, it has performed an economic U-turn — an achievement largely unnoticed outside Latin America, but one that President Obama and Congress should look to for inspiration.
Argentina is not without problems, but its recent economic record speaks for itself: the economy has grown by over 6 percent a year for seven of the last eight years, unemployment has been cut to under 8 percent today from over 20 percent in 2002, and the poverty level has fallen by almost half over the last decade. The streets of Buenos Aires are choked with cars as Argentines are on track to buy some 800,000 new vehicles this year; the wine mecca of Mendoza is full of high-end tasting rooms, hotels and restaurants offering regional haute cuisine; and plasma TVs and BlackBerrys have become household staples among the urban middle class.
Argentina has regained its prosperity partly out of dumb luck: a commodity price boom has vastly benefitted this soy, corn and wheat producer. But it has also prospered thanks to smart economic measures. The government intervened to keep the value of its currency low, which boosts local industry by making Argentina’s exports cheaper abroad while keeping foreign imports expensive.
It then taxed those imports and exports, using the money to pay for a New Deal-like public works binge, increasing government spending to 25 percent of G.D.P. today from 14 percent in 2003. As a result, the country has 400,000 new low-income housing units, as well as a long-delayed, 235-mile highway between the northern cities of Rosario and Córdoba.
It has also strengthened its social safety net: the Universal Child Allowance, started in 2009 with support from both the ruling party and the opposition, gives 1.9 million low-income families a monthly stipend of about $42 per child, which helps increase consumption. Because the amount depends in part on how often the child attends school, it is also likely to improve the country’s long-term educational performance.
The results have also paid off politically: President Cristina Fernández de Kirchner recently won about 50 percent of the vote in an open primary against nine other presidential candidates.
Why have Argentines embraced bigger government? In part because the preceding era showed how poorly austerity measures — the sort now being pushed by conservatives in the United States — promote growth. In the late 1990s, Argentina cut government spending drastically on the order of its lenders at the International Monetary Fund. Predictably, between 1998 and 2002, Argentina’s economy shrank by almost 20 percent. It was only after Argentina turned its back on these austerity demands, and defaulted on its debt, that it began to recover.
Of course, Argentina is far from perfect: the import and export taxes have scared away some foreign investment, while high spending has pushed inflation well over 20 percent. There are also problems with the way Argentina is run: corruption, government opacity, authoritarian tendencies, confiscatory taxes and a temptation to tweak unpleasant inflation statistics. And it would be laughable to suggest that the United States follow its lead and default on its debt.
But Argentina still offers valuable lessons. For one thing, extreme cost-cutting during a stagnant economic period will only inhibit growth. And government spending to promote local industry, pro-job infrastructure programs and unemployment benefits does not turn a country into a kind of Soviet parody. It puts money in the pockets of average citizens, who then spend it and spur the economy. Spending cuts need to be made when times improve — an imperative Argentina is struggling with now — but not before.
Argentina is hardly a perfect parallel for the United States. But the stark difference between its austere policies and low growth of the late 1990s and the pro-government, high-growth 2000s offers a test case for how to get an economy moving again. Washington would do well to pay attention.
Ian Mount is the author of the forthcoming book “The Vineyard at the End of the World: Maverick Winemakers and the Rebirth of Malbec.”

 Publicado el 1/09/2011 en The New York Times en: http://www.nytimes.com/2011/09/02/opinion/argentinas-turnaround-tango.html
 

 Acá dejo un a traducción automática de Google (http://translate.google.es/) No es muy buena pero puede ayudar.

ARGENTINA puede parecer uno de los últimos países en la tierra para ofrecer lecciones para tratar el malestar económico. Una vez que la octava economía más grande del mundo, que cada vez se deslizó a través del siglo 20, gracias a décadas de dictaduras represivas y experimentos inconsistentes mercado. Esto terminó ignominiosamente en 2001, cuando de pagar $ 100 billones en la deuda soberana, sumiendo a más de la mitad de sus 35 millones de personas en la pobreza.
Que, al menos, es la gente sabe Argentina. Desde entonces, se ha realizado un cambio de sentido económico - un logro en gran medida inadvertido fuera de América Latina, pero que el presidente Obama y el Congreso debe buscar en busca de inspiración.
Argentina no está exenta de problemas, pero sus resultados económicos recientes hablan por sí mismos: la economía ha crecido en más del 6 por ciento al año durante siete de los últimos ocho años, el desempleo se ha reducido a menos del 8 por ciento actual de más de 20 por ciento en 2002, y el nivel de pobreza se ha reducido casi a la mitad durante la última década. Las calles de Buenos Aires son ahogados por los coches, los argentinos están en vías de comprar unos 800.000 vehículos nuevos este año, la meca del vino de Mendoza está llena de locales de degustación de alta gama, hoteles y restaurantes de alta cocina regional, y televisores de plasma y los BlackBerry se han convertido en productos básicos del hogar, entre la clase media urbana.
Argentina ha recuperado su prosperidad en parte por cuestión de suerte: un auge de los precios ha beneficiado enormemente a este productor de soja, maíz y trigo. Pero también ha prosperado gracias a las medidas económicas inteligentes. El gobierno intervino para mantener el valor de su moneda baja, lo que aumenta la industria local por lo que las exportaciones de Argentina es más barato en el extranjero, manteniendo las importaciones extranjeras caro.
A continuación, los impuestos las importaciones y exportaciones, utilizando el dinero para pagar por un New Deal como exceso de obras públicas, el aumento del gasto público al 25 por ciento del PIB hoy de 14 por ciento en 2003. Como resultado, el país cuenta con 400.000 nuevos de bajos ingresos de viviendas, así como un largo retraso, 235 millas de carretera entre las ciudades del norte de Rosario y Córdoba.
También ha reforzado su red de seguridad social: la asignación universal por hijo, que comenzó en 2009 con el apoyo tanto del partido gobernante y la oposición, da 1.900.000 familias de bajos ingresos un estipendio mensual de alrededor de $ 42 por niño, lo cual ayuda a incrementar el consumo. Debido a la cantidad depende en parte de la frecuencia con la que el niño asiste a la escuela, también es probable que mejore el país a largo plazo del rendimiento educativo.
Los resultados también han dado sus frutos políticos: la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ganó recientemente el 50 por ciento de los votos en una primaria abierta en contra de los nueve candidatos presidenciales.
¿Por qué tienen los argentinos abrazado un gobierno más grande? En parte debido a la época anterior demostró lo mal que las medidas de austeridad - el tipo ahora siendo empujados por los conservadores en los Estados Unidos - promover el crecimiento. A finales de 1990, Argentina redujo drásticamente el gasto público en el orden de sus acreedores en el Fondo Monetario Internacional. Como era de esperar, entre 1998 y 2002, la economía de Argentina se redujo en casi un 20 por ciento. Fue sólo después de Argentina dio la espalda a estas demandas de austeridad, y de pagar su deuda, que comenzó a recuperarse.
Por supuesto, la Argentina está lejos de ser perfecta: la importación y los impuestos de exportación han ahuyentado a algunos la inversión extranjera, mientras que el gasto de alta inflación ha llevado a más de 20 por ciento. También hay problemas con la forma en que se ejecuta Argentina: la corrupción, la opacidad del gobierno, las tendencias autoritarias, los impuestos confiscatorios y la tentación de retocar las estadísticas desagradables inflación. Y sería ridículo sugerir que los Estados Unidos sigan su ejemplo y pagar su deuda.
Pero la Argentina todavía ofrece valiosas lecciones. Por un lado, la extrema reducción de costos durante un período de estancamiento económico sólo inhiben el crecimiento. Y el gasto público para promover la industria local, pro-empleo de programas de infraestructura y las prestaciones por desempleo no se convierte un país en una especie de parodia Soviética. Se pone el dinero en los bolsillos de los ciudadanos comunes y corrientes, que luego pasan y estimular la economía. Recortes en el gasto es necesario hacer cuando los tiempos mejoren - un imperativo Argentina está luchando con ahora - pero no antes.
Argentina es casi un perfecto paralelo de los Estados Unidos. Pero la gran diferencia entre sus políticas de austeridad y el bajo crecimiento de la década de 1990 y el gobierno pro-, de alto crecimiento del 2000 ofrece un caso de prueba para saber cómo conseguir una economía de nuevo. Washington haría bien en prestar atención.
Ian Mount es el autor del próximo libro "El viñedo en el Fin del Mundo:. Enólogos Maverick y el Renacimiento de Malbec"

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